9 nov 2011

Cosas de la genética


Las notas fluían con su respiración. Los acordes y la melodía brotaban por sus poros, mientras una canción inventada nacía de sus labios.
Palabras incoherentes al oído ajeno pero llenas de un sentir íntimo e inalcanzable a los demás.
Ritmos que ondulaban su cabeza y cerraban sus ojos para poder ver más allá de lo real.
Parte surgía impulsada por su cimbrear en busca de un lugar donde crecer e inspirar para mantener la energía original de lo que está por acabar.
Regenerado en lo nuevo se transformaría con uniones intuidas y no confirmadas.
Tal vez mañana regrese a mis herederos que absortos e inmóviles sientan un pasado en su presente. Algo desconocido que es al tiempo propio y familiar.
Un principio y un fin unidos de forma invisible pero intuible. Algo que con el tiempo pierde su interés y simplemente se deja uno vivir.

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